Preparado para la dificultad
Recuerdo que hoy iba paseando por la avenida de mi pueblo, Don Benito, y me dije que jamás volvería a encontrarme con él. Siempre que se paraba, me chocaba las manos y me decía: ‘Víctor, ¿qué tal el trabajo? Yo estoy trabajando en una copistería’. Le veía genial, mejor que nunca, inmejorable, y llegó esto del covid-19. Ahora me pregunto si estamos preparados. Si la sociedad está preparada para asumir que la vida se basa en pequeñas cosas, y que todo tiene una ruptura imperecedera. Me refiero a que se rompe tan fácilmente…
¿Y quién le dice a una persona con un problema de salud mental que debe dejar su trabajo y permanecer en casa al menos dos meses? Intuyo que eso pasó cuando apareció la recaída, él era una persona de dar muchos paseos. Y luego todo fue en cadena para que nos dejara.
La vida es esto, aunque pocos caen en la cuenta de que un trastorno no se elige, no tiene que ver solo con las decisiones que tomaste en la vida. Es un problema de salud, y decía Montse en autoayuda, y quién sabe, yo soy una monitora, pero a lo mejor mañana, con esta vida soliviantada que llevo, no me pueda aparecer.
¿De verdad sabemos ser resilientes? Yo que escribo, el otro día estaba muy negativo. Me había puesto en el caso de que ganaba un premio de poesía y no lo decía a nadie porque creo que a nadie le importa, y no es verdad. Pienso siempre que cuando tomo algo con Miguel, él luego se va a casa con su familia y yo me meto en mi habitación con mis pensamientos. Y cuando estamos juntos, me habla que está preocupado por su hija, y otras circunstancias que surgen en la familia.
La resiliencia es la capacidad de saltar y volver a quedarte como estabas, y yo, a mis compañeros, y a quien me lea, invito a eso, si te equivocas, te levantas, si tienes un día triste alégralo. Ayer me enteré de algo así, triste, e intenté no venirme abajo, y leí unas palabras de un poeta, Cesar Simón, que me hicieron reflexionar. Todos tenemos la capacidad de saber noticias, y de trabajar, pero estás en el trabajo y algo te hace mirar por la ventana, y se produce en ello toda nuestra atención, y surge la resiliencia porque llenamos ese vacío que conlleva nuestra rutina de cada día.
Necesitamos ese paso en nuestra vida. Ser transcendentes. Cumplir el ejemplo que cumple la naturaleza con nosotros. Tener sensaciones, dialogar, o estar en silencio. Recuperaremos la actividad normal, pero sabiendo de la fragilidad que nos rodea. Mientras escribía esto se me ha ocurrido terminar con unos versos que dicen así. Nos veremos por la vida…
Resiliencia
Ser transcendente no es una intención,
no es creer, o al menos creer
en aminorar las distancias, dibujarlas
en el canto de un pájaro
que ha descubierto que las distancias
no separan, porque estaba allí lejos
el refugio al que íbamos