Bertín Osborne - Carta a los medios de comunicación

CARTA ABIERTA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Señores de la prensa, radio, cadenas de televisión y cualquier otro canal de comunicación:

Hoy me dirijo a ustedes, aunque no sea la primera vez que desde Salud Mental Andalucía tenemos que atraer su atención sobre este tema y, por desgracia, no será la última. Créanme que les comprendo, hay una gran demanda de estos «temas», y ustedes cubren esa necesidad de un determinado público. Por ello, las noticias vienen siendo sustituidas hace tiempo por las anécdotas de Twitter y Tiktok, o por las ocurrencias de cualquier influencer, famoso o charlatán que esté de moda, y ustedes frecuentemente les dan una repercusión mayor que a cualquier noticia de verdadero interés informativo o divulgativo.

Pero esta vez se ha llegado a un extremo que no me permite callar mi indignación. He esperado por prudencia, pero, tal como pensaba, han pasado días suficientes y lo más importante de la noticia que voy a comentar no se ha visto reflejado en información alguna. Pese al revuelo mediático organizado en torno a las palabras de Don Norberto Ortiz, ni una sola voz se ha alzado para afearle lo más grave y sangrante de sus declaraciones. No le disculpo que se haya referido a una profesora de Jerez en términos verdaderamente insultantes. Opino que a esa señora se le pueden discutir sus ideas desde el debate respetuoso que en estos tiempos brilla por su ausencia. Pero hay algo más en lo que me sorprende que nadie haya visto provocación ni insulto, así que procedo a señalárselo, porque me insultan a mí, y a mis compañeras y compañeros con experiencia propia en Salud Mental, y no veo que los medios de comunicación se hayan percatado de ello.

Bertín Osborne - Carta a los medios de comunicación
Fuente: GTRES para El Mundo.

En su perorata, a la cual no vamos a dar más difusión aquí, porque tampoco merecía más que la propia de una conversación de barra de bar, el señor Ortiz se explaya hablando en un modo totalmente inapropiado sobre las personas que sufren cualquier trastorno mental, metiendo en el mismo saco a todo tipo de personas afectadas, y hablando de ellas como de seres marginales que deben estar encerrados.

Profesionales de la comunicación que dan eco al señor Ortiz:

Desde la Federación Salud Mental Andalucía, hemos reclamado muchas veces un trato digno para nuestro colectivo. Ya sufrimos bastantes discriminaciones, bastante estigma se nos echa encima, y sigue siendo práctica generalizada atribuir a «los locos” cualquier acto inexplicable de maldad o estupidez. Comprendo que es lo más cómodo y se ha hecho toda la vida, exactamente igual que maltratar a mujeres, niños, ancianos, homosexuales, o cualquier otro grupo vulnerable. Pero esas prácticas se están intentando erradicar por todos los medios, y nadie que presuma de estar de acuerdo con ellas es bien visto en nuestra sociedad. En cambio, hay una enorme resistencia, aún muy presente, a la inclusión del colectivo de personas con trastorno mental, y siempre que salimos a la luz pública es de esta manera tan peyorativa. Se nos utiliza como chivo expiatorio en cualquier caso, aún sin venir a cuento. La prueba es que no se ha difundido un solo comentario en defensa de «los locos», no he conseguido encontrar ninguna reprobación de ningún medio a esas desafortunadas palabras, y si la ha habido, su repercusión ha sido ínfima en proporción a la ofensa.

Yo sólo les dejo algún dato, como que el trastorno mental afecta en algún momento de su vida a una de cada cuatro personas, o que el suicidio es la primera causa de muerte entre la infancia y la adolescencia, y también entre los hombres jóvenes. La depresión es una de las primeras causas de muerte en España. Piénsenlo bien: el señor Ortiz muestra su vergonzosa ignorancia insultando a más de un cuarto de la población española, y digo más de un cuarto porque siempre seguirá habiendo en la sombra una enorme bolsa de personas con problemas que se niegan a pedir ayuda para evitar este señalamiento, o no saben cómo hacerlo, y por tanto, jamás entrarán en esa estadística.

También quisiera recordar por centésima vez que en España no existen los manicomios desde los años 80 del pasado siglo. Creo que ha pasado un tiempo más que suficiente para que tanto el señor Ortiz como otros muchos opinadores de su calaña se hayan enterado, pero como veo que no es el caso, lo repito de nuevo: el movimiento asociativo de Salud Mental, presente en todas las provincias andaluzas y también en las demás autonomías estatales, pasó a ocuparse hace unos cuarenta años de esas personas enfermas y desatendidas, junto con sus familiares y con profesionales muy dedicados, siempre luchando contra la escasez de presupuesto y el estigma social.

No quiero dejar pasar la ocasión de comunicarles que pese a la desaparición de los manicomios, hoy día continúa la discriminación y el estigma, y se siguen practicando ingresos involuntarios y contenciones mecánicas que afectan al bienestar, pero sobre todo, a la dignidad del paciente, y que la ONU considera como torturas. Esto es sabido en el sistema sanitario español y entre los agentes sociales implicados. Ahí les dejo un tema de interés que da para investigar y obtener una noticia seria.

Ruego a ustedes que tengan la gentileza de darnos voz y espacio, aunque sea «por alusiones», para explicar todo esto, igual que se lo dan al señor Ortiz.  Para difundir con seriedad nuestra problemática y poder explicar el daño tremendo que causan palabras como las de este señor. Comprendo que su sensacionalismo vende, pero creo que deberían ustedes llamar la atención del público en sentido contrario y rogarles que, por una vez, se paren a mirar a la luna y no al dedo, aunque no tengamos declaraciones color amarillo bilis que hacer, solo explicar una verdad que afecta a toda la sociedad.

Por cierto, es muy posible que en esos años en que sus hijas han ido al colegio, y también durante toda su vida, se hayan cruzado con más de un “loco” o “loca”. No creo que el señor Ortiz haya perfeccionado un sistema infalible para distinguirlos, y entre nuestros socios se cuentan profesionales de la enseñanza, abogadas, ingenieros, cuidadores, agricultoras, funcionarios, artistas de todo tipo, contables, reponedores, vendedoras, transportistas, profesionales sanitarios, etcétera, que han pasado años trabajando y aportando su esfuerzo a esta sociedad que nos pertenece a todos los ciudadanos y ciudadanas, no sólo “a los cuerdos” o para hablar con precisión, a los no diagnosticados. El señor Ortiz nos ve a diario, porque estamos presentes en todos los sectores de la sociedad, solo que no reconoce a los que tanto vitupera, al igual que ignora si se cruza con una persona con diabetes o problemas cardíacos.

Por último, y dejo muy claro que esto no pretende en modo alguno ser una ofensa a otro colectivo al que respeto profundamente, como es el de personas afectadas por lesiones cerebrales, pondré un sencillo ejemplo. Discúlpenme, se lo ruego, pero es que hay personas cuya capacidad de comprensión, pese a estar “cuerdas”, no les permite entender las cosas sin comparaciones así de rudimentarias.

Señor Ortiz, ¿qué le parecería a usted que alguien utilizara gratuitamente a las personas del citado colectivo, tratándolas como a incapaces que no hacen el menor aporte a nuestra sociedad y deberían estar encerradas?

A mí me parecería repugnante, intolerable, y les daría sin dudar todo mi apoyo contra el energúmeno que se atreviera a ofenderlas tan gravemente.

 

Firmado: Esperanza Iglesias León

 

Representante del Comité de Personas con Experiencia Propia de Salud Mental Andalucía

Representante andaluza ante la Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA