En primera persona Castellano
Existe una conexión muy especial entre las personas que hemos abierto los ojos atados a un camastro en la planta de psiquiatría, despertados por la severidad de un sistema que no sabe de tu nombre. Quizá por esto me supuran las heridas al leer la fatal noticia, y es que Andrea murió de meningitis tras 75 horas inmovilizada en la unidad de psiquiatría del Hospital Central de Asturias.
Desde el Comité Pro Salud Mental en Primera Persona hemos reflexionado sobre nuestra historia personal, poniendo el foco en todo aquel conocimiento que nos hubiera gustado tener cuando “todo comenzó”. Cuando empezaron lo que luego los especialistas llamarían síntomas, lo etiquetarían con un diagnóstico, en función del cual definirían un tratamiento que seguía unos protocolos y, en el más aventurado de los casos, nos anunciaban un pronóstico.
Cuánta energía vertida en el vacío. Cuántos sueños depositados en las cunetas del olvido; y cuántas mañanas sobrecogidos por la incertidumbre de quien no conoce su destino. Si es que hay alguien al otro lado de las letras, desde el Comité Pro Salud Mental En Primera Persona pedimos que se dé cumplimiento al derecho fundamental al trabajo.
Está en nuestras manos fabricar una sociedad vivible para la mente, con entornos educativos y laborales mínimamente seguros para la mente; donde la competitividad deje margen al entendimiento y cada uno aporte en función de sus habilidades.
Seguro que os ha pasado. Llega un momento en la recuperación y vivencia de un problema de salud mental en que sentimos la llamada de la participación. Entonces, tomamos conciencia de que formamos parte de un colectivo muchas veces olvidado y decidimos juntar nuestras fuerzas. El simple hecho de estar en camino, y de estar en lucha, nos devuelve a la esperanza, y empezamos a buscar respuestas que den solución a nuestras necesidades y a nuestros sueños de libertad. Al fin y al cabo, ¿no somos todos depositarios de los mismos derechos, aquello que nos faculta para la dignidad?
Dentro del Comité Pro Salud Mental en Primera Persona, y alzando la voz de los que viven aislados por el silencio, solicitamos que se creen las estructuras necesarias para que nuestros sueños de inclusión se conviertan en realidad y transformen nuestra esperanza.
¿Qué clase de vacío puede llevar a una persona a ejercer una actitud violenta contra la mujer? ¿Qué clase de sociedad estamos alumbrando que corremos el riesgo de normalizar esas actitudes de violencia?
No hay mayor libertad que ser aceptado y poder comportarte con naturalidad, sin falsas apariencias, ni espíritu fingido. El día que la sociedad entienda que la diversidad en la función mental es signo de riqueza, podremos decir que vivimos en un entorno tolerante.
¿Qué pasaría si todos los que tenemos una experiencia en primera persona sobre la salud mental proyectáramos nuestra energía sobre el mismo punto? A buen seguro, la potencia generada sería un motor de cambio hacia horizontes más justos y equitativos, y la sociedad entraría en un estado de conciencia donde la diversidad en la función mental sería vista como signo de riqueza.
Ni aun por rabia acudáis al engaño de la muerte, pues son tantas las penas y las heridas en los que te esperan. Ni aun por ruina tampoco.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un debate social como único cauce hacia la solución. Asimismo, no sería malo un Plan Nacional de Prevención, ya que estamos hablando de la segunda causa de muerte no natural en España.