Un niño o niña grita delante de un micrófono

Hay días en los que quieres morir. Hay días en los que quieres vivir. Hay días en los que quieres morir y vivir y respirar y ahogarte y terminar y empezar desde cero. Hay días en los que nada te importa y no quieres levantarte de la cama. Hay días en que te comerías el mundo. Hay días en los que se te cae el mundo al suelo y el suelo eres tú. Hay días en los que no pararías de aprender, de leer, de escuchar, de hablar con el otro. Hay días en los que quieres ser una pared para que nadie te mire, para que nadie te hable. Hay días en los que todo te duele, hasta mirar. Hay días en que lo miras todo y sonríes. Hay días en los que solamente quieres llorar. Hay días en los que te apetece cometer una locura a solas. Hay días en los que quieres cometer locuras con quien amas. Hay días en los que hasta respirar te escuece. Hay días que te preguntas por qué. Hay días en los que dices a la mierda todo, yo puedo con esto. Hay días en los que no puedes. Hay días en los que dices mejor mañana. Hay mañanas en las que dices hoy empiezo y hoy termino. Hay días en los que terminas agotada y sientes que no has hecho nada. Hay días en los que un mensaje te alegra la vida. Hay días en los que desearías ser una botella con un mensaje dentro. Hay días en los que no entiendes los mensajes. Hay días en los que no paras de pensar en todos esos mensajes que has lanzado, o en los que has recibido, o en los que has ignorado. Hay días en los que sólo quieres ser un poco de mar, para que todo se diluya y evaporarte y desaparecer. Hay días en los que amas al prójimo, con comprensión y empatía. Hay días en los que sólo ves maldad y mezquindad a tu alrededor. Hay días en los que piensas para qué todo, para qué. Hay días en los que lo tienes todo claro.

Pues bien. Hoy es uno de esos días.

Susanna Aguayo