Moteros y moteras de PICA Navarra posan con sus chaquetas de cuero y una motoMOTEROS CONTRA EL BULLYING

La Asociación Motorista PICA, de Protección de la Infancia Contra el Abuso, comenzó su andadura en 2014, como respuesta a las situaciones de bullying y abusos sexuales contra niños y niñas en Navarra. Su filosofía es singular: utilizan su gran afición por las motos, en especial las de estética clásica, y sus chaquetas de cuero para concienciar y acompañar a las personas más vulnerables en este tipo de situaciones.

PICA Navarra surgió inspirándose en la BACA estadounidense (Bikers Against Children Abuse, Moteros contra el abuso infantil), adaptándola a las posibilidades que permite la legislación y sociedad española. “Contamos con la colaboración de una abogada, que nos asesora y guía en nuestras actuaciones, así como con una psicóloga, que realiza pruebas y acompaña en los procesos de recuperación a los niños y niñas cuyas familias demandan nuestra ayuda. Además, nos da formaciones”, explica Jesús Lezaun, su vicepresidente. “Somos personas trabajadoras, que hemos tenido contacto con el bullying o que tenemos hijos y vemos la necesidad de responder a esta realidad de la sociedad”.

A veces, afortunadamente, no todo es bullying. “A menudo, las niñas o niños simplemente necesitan un poco de fuerza, de confianza en sí mismas para enfrentarse al entorno. Vienen sus padres a pedir ayuda, pero vemos que no se trata de una situación clara de acoso. Aun así, también acompañamos dándoles apoyo para que recuperen su autoestima”.

Sus objetivos principales son la prevención, a través de charlas y ponencias en su propia sede o bien en centros escolares, tanto a alumnado como a profesorado. También realizan actividades de ocio en los que los pequeños tienen contacto con las motos de una manera lúdica, desenfadada. “El simple hecho de vernos, de ver que estamos de su lado, los hace crecer en autoestima. Ven que no se debe prejuzgar a las personas por su aspecto”. Otro de los ejes de su actuación es la detección. Para ello la psicóloga de la asociación certifica que el niño o la niña están siendo víctimas de algún tipo de acoso. “Trabajamos con una doble certificación: la nuestra y otra que solicitan los padres o madres a través de los servicios sociales o médicos”. En algún caso han llegado al siguiente paso, la denuncia, en la que interviene su servicio jurídico.

Y siempre, en todo tipo de situaciones, el apoyo psicológico y el acompañamiento. Ahí es en donde su actuación es, por así decirlo, más llamativa. “En algunos casos en los que el o la menor no puede ir con alguien al centro escolar, le acompañamos por la calle a una cierta distancia. También se ha dado el caso de que, al ser un acoso que se produce a la hora del patio, nos hemos acercado a esa hora al centro. La calle es de todos, así que nos acercamos en moto a vigilar lo que ocurre en el patio. Simplemente. El niño o niña saben que estamos allí. Algunos profesionales, al darse cuenta, aumentan su alerta y su vigilancia”. No todos están de acuerdo en esta manera de actuar, “pero sabemos que funciona, que produce un impacto. Nosotros no podemos actuar más allá de cosas así, pero es nuestra manera de intentar reconducir y visibilizar una realidad que se está escondiendo. Sí, parece que más que nunca se habla del bullying, pero son muy pocos los centros escolares que lo reconocen. Hace falta poner luz”.

Para Jesús Lezaun, el gran problema del bullying lo tiene el acosador o la acosadora. “El bullying es una puesta en escena, un teatro en el que el que acosa necesita de otros partícipes que hagan el papel de espectadores. Si una persona está bien no necesita dañar a otra. Por otro lado, la persona acosada necesita empoderarse y recuperar sus fuerzas. A veces nos gustaría decirles que ellos y ellas mismas pueden apartarse de su acosador. Pero esta situación es muy difícil hacérsela entender a niños o niñas. Nosotros intentamos llegar a través de la empatía, de la escucha, de reforzar su autoestima y su confianza en ellos mismos. Muchas veces se pone el foco solamente en sacar al niño o niña acosada del centro, pero la que estaba acosando seguirá haciendo lo mismo cuando alguien se ponga a tiro”.

Esperanza puesta en una original propuesta. Looks moteros y chaquetas de cuero para empoderar a las víctimas de acoso. “Nuestras chaquetas, con el logotipo en la espalda, son lo único que podemos usar para visibilizar, poniéndonos a modo de pantalla de protección entre el acosado y el acosador. Para la persona acosada, las secuelas psicológicas pueden ser de por vida. Se aprende a vivir con ello y a menudo se sale con un refuerzo para toda la vida. Con el tiempo de todo se sale. Siempre ha habido acoso y siempre lo habrá, pero creemos que debemos hacer algo, y lo hacemos”.

 


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