enfoque de derechosEn nuestra visión organizativa, hemos adoptado el enfoque de derechos como el camino más corto para llegar a la modernidad. Y entendida esta como el lugar donde las necesidades básicas del individuo quedan cubiertas, y ello nos hace soñar con la plenitud.

Una necesidad es básica cuando su ausencia impide la dignidad de la persona, y puede ser un bien (como el agua), un servicio (como la salud o la educación), o una expectativa (como la libertad o la seguridad).

En un mundo utópico e idílico, bastaría con un proceso natural, con el ejercicio innato de la generosidad o solidaridad, pero la realidad es que gran parte de la población sigue sin acceso a lo más elemental.

Por razón de entorno económico, o discapacidad, una persona ve comprometido su itinerario vital hacia el bienestar, y se hizo obligado establecer un punto de apoyo: es la declaración de los derechos humanos.

El enfoque de derechos aparece así como un “corrector del destino”, y es la expresión de una voluntad que dice que las relaciones humanas han de regirse por el principio de igualdad de oportunidades.

Al considerarse que los derechos son un atributo inherente, ya no hablamos de un proceso natural, sino de un proceso sistémico: los derechos han de ser protegidos, han de ser salvaguardados por la ley.

Un derecho protegido implica una acción planificada y consciente, de tal forma, que el impulso normativo debe ser tanto más intenso cuanto más atrás se halle la raíz del desajuste.

En este extremo, España firma el texto de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, comprometiéndose a efectuar cuantos “ajustes” sean razonables, a fin de conseguir ese idilio que es la consecución de un proyecto de vida independiente y satisfactorio.

En el caso de la discapacidad psicosocial, sabemos que la lucha ha de ser decidida y bien fundamentada, y que el derribo de las barreras que nos atenazan ha de venir de la mano de la innovación y de la conciencia social.

Somos conscientes también de que el escenario de igualdad de oportunidades debe entrelazarse con nuestra capacidad de esfuerzo. Estamos dispuestos a recorrer las distancias que hagan falta, pero al otro lado debe haber una sociedad acogedora, que nos mida por nuestras potencias, no así por nuestras limitaciones.

No podemos cambiar un destino que nunca elegimos, pero podemos condicionarlo a nuestro favor si actuamos de forma coordinada.

La declaración de nuestros derechos supone el reconocimiento de que la condición humana tiene una imagen, una esencia. Son una hoja de ruta, una carta de navegación hacia la justicia social.

 

Basilio García Copín, presidente de Salud Mental Ceuta e integrante del Comité Pro Salud Mental En Primera Persona.

 

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