Gracias, Jack
Si hay un actor que ha hecho visible la salud mental, ese es, sin duda, Jack Nicholson. Sufrió las terapias electroconvulsivas y el maltrato a los pacientes por parte del personal médico en Alguien voló sobre el nido del cuco (1975). Esta película fue un gran éxito, que daría pie a una mayor sensibilización por parte de la sociedad hacia los pacientes con problemas de salud mental.
Más tarde, padecería de trastorno mental transitorio, convirtiéndose en un psicópata en El Resplandor (1980), de la mano de Stanley Kubrick.
En 1999, volvería a ganar el Oscar a mejor actor protagonista, tras su papel en Mejor Imposible. En esta ocasión, sufre un trastorno obsesivo compulsivo y mucha mala leche. Es el vecino cascarrabias que nadie quiere tener en su edificio.
Finalmente, acabaría mostrando sus problemas psicológicos en la comedia Ejecutivo Agresivo (2003). Un psicólogo con métodos muy poco convencionales. Una comedia en la que Adam Sandler aparecería como protagonista. Pero el papel de Jack Nicholson es indispensable para el desarrollo de la película.
Enhorabuena, Jack. Disfruta de tu jubilación y de tus Lakers.
Iñaki Abárzuza Carrascosa