Una mariposa azul volando, el fondo está desenfocado de lo rápido que se mueve

Seguro que os ha pasado. Llega un momento en la recuperación y vivencia de un problema de salud mental en que sentimos la llamada de la participación. Entonces, tomamos conciencia de que formamos parte de un colectivo muchas veces olvidado y decidimos juntar nuestras fuerzas.

El simple hecho de estar en camino, y de estar en lucha, nos devuelve a la esperanza, y empezamos a buscar respuestas que den solución a nuestras necesidades y a nuestros sueños de libertad. Al fin y al cabo, ¿no somos todos depositarios de los mismos derechos, aquello que nos faculta para la dignidad?

Quizá sea el mayor desafío: ¿cómo transformar nuestros ideales en una realidad social viva, palpitante, justa e inclusiva? Somos tantos pidiendo una oportunidad para ir más allá de la plenitud prohibida, y sin embargo, es tanto el vacío.

No nos gusta el silencio, ni que se bajen los brazos, ni que se olvide nuestra imagen, pues somos un grupo humano vivo, cultivando las conciencias de quienes bajan la mirada ante un problema que dicen no ser suyo.

Hay tanto potencial en las personas, y es tan poco el intento por alumbrarlo, que corremos el riesgo de acostumbrarnos a vivir en tierra de nadie, lejos del diálogo que nos lleve a la comprensión.

Ha llegado el momento de leer el guion de nuestras vidas y convertirnos en los protagonistas, sintiendo el aliento de quienes aún se visten con la luz de la humanidad.

Es cierto. Cada vez que te pones un reto, en realidad lo que haces es darte una oportunidad. Por tanto, vamos a llenar de retos y de anhelos el libro blanco del destino, porque nada pierde quien todo lo perdió. Donde debiera haber un proyecto de vida independiente ahora solo hay el eco de una voz desesperada. Tenemos que cambiar nuestra circunstancia.

Vamos a vivir el proceso de empoderamiento como si fuera una aventura; la aventura del conocimiento. Si ponemos en valor nuestra experiencia, los caminos se ensancharán.

Tenemos que vencer esa resistencia que es el conformismo, y que es el silencio, y ser el cambio que queremos en el mundo.

Desde el Comité Pro Salud Mental En Primera Persona os mandamos toda nuestra energía, en la seguridad de que entre todos, abriremos las puertas del futuro, y ya nadie será más que nadie.

Todos tenemos derecho a una asistencia sanitaria de calidad, pero también a un rol psicosocial que nos defina.

De las palabras nacerá la justicia.

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