Poema de recuperación
Te escucho cuando sé que estás
como la sal en una tarde en el mar.
El sol te descubre recibiendo mi angustia
y me equivoco, me fío de ti.
Anoche decidí amarte,
y cuando salí de aquel agujero
había flores marchitas que caminaban,
conocían el regreso, leyes de los mástiles
asistiendo a la recogida de cebo para el dolor.
Atado a este mástil que no me salva
porque es tan débil.
Necesito convivir con los meses:
En enero me cuesta regresar,
en febrero la fiebre debilita,
en marzo hay fe que no he gastado,
en abril necesito parecerme al invierno,
lo echo de menos.
En mayo atravieso el silencio
para meditar sin sentido.
En junio se acaban los meses para mí.
Prefiero ver la vida como un caracol
que está llegando siempre como las olas
pero no acaba el trabajo.
Te mando recuerdos desde un ser recuperado.
Víctor Valadés